Tras la propuesta de texto de la Comisión, los miembros del Parlamento Europeo han adoptado su posición sobre el Reglamento Europeo de Envases en una votación celebrada el 22 de noviembre. Los eurodiputados aprobaron el informe con 426 votos a favor, 125 en contra y 74 abstenciones.
Las medidas incluidas en la propuesta pretenden frenar el aumento de los desechos e impulsar la reutilización y el reciclaje. Desde la industria de los plásticos estamos de acuerdo con los objetivos generales, pero creemos que algunas de las medidas no van a conseguir las metas que se plantean.
Además de los objetivos globales de reducción de los envases propuestos en el reglamento (del 5% para 2030, 10% para 2035 y 15% para 2040), el texto incluye unos objetivos específicos para los envases de plástico (10% para 2030, 15% para 2035 y 20% para 2040) que desde la industria habíamos pedido eliminar tanto desde ANAIP, que enviamos nuestros comentarios a los europarlamentarios españoles, como a través de EuPC, la asociación europea de transformadores de plásticos.
Creemos que esta medida es discriminatoria y que no se basa en ningún análisis de impacto que evalúe realmente su necesidad. Desde la industria creemos que cualquier medida que se centre en restringir únicamente un material no tendrá como resultado la reducción de la cantidad de residuos generados, sino la sustitución de unos residuos por otros.
También creemos, como apunta EuPC, que los objetivos de contenido en reciclado son muy ambiciosos y se basan en el supuesto de que haya disponibilidad constante de materias primas recicladas de alta calidad, algo que hoy en día es difícil.
El Parlamento Europeo también propone prohibir la venta de bolsas de plástico muy ligeras (de menos de 15 micras), a menos que sean necesarias por razones de higiene, que sirvan para envasar alimentos a granel o para ayudar a prevenir el desperdicio alimentario. En España, no obstante, esta medida solo afectaría a las bolsas compostables, ya que las de polietileno de menos de 15 micras ya quedaron prohibidas tras la aprobación del Real Decreto 293/2018. También plantea limitar la utilización de determinados envases de un solo uso como los productos de aseo en miniatura de los hoteles, el film para envolver maletas en los aeropuertos o el que se utiliza para agrupar packs de botellas o latas.
Además, el pleno apoya la prohibición del uso de Bisfenol A, PFAS y otras sustancias químicas en los envases para uso alimentario, así como de los microplásticos. Una prohibición que desde la industria consideramos innecesaria porque ya tienen su regulación específica REACH/CLP y no creemos necesario crear normativa adicional para ellos.
Fomentar el uso de envases reutilizables
Los eurodiputados quieren aclarar los requisitos para la reutilización o rellenado de envases. Los distribuidores finales de bebidas y comidas deben dar a los consumidores la opción de llevar sus propios recipientes, en línea con lo aprobado en España en el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases. Una medida que apoyamos desde el sector de los plásticos siempre que pueda garantizarse que no se pone en riesgo la salud y la seguridad de los consumidores. De hecho, creemos que los envases plásticos reutilizables son los que mejor combinan seguridad y comodidad para los usuarios.
Las nuevas normas exigen también que todos los envases estén diseñados para ser reciclables y que el 90% de los materiales que se utilizan en su producción (plásticos, madera, metales, aluminio, vidrio, papel y cartón) se recojan de forma separada para 2029.
Además, en lo que se refiere a los objetivos de reutilización, desde el sector defendemos que su aplicación debería estar basada en evaluaciones exhaustivas del análisis del ciclo de vida.
También creemos que deberían eliminarse las exenciones de las cuotas obligatorias de contenido en reciclado para aquellos envases que contengan menos del 5% de plástico en su peso, y así se lo comunicamos también a los europarlamentarios españoles antes de la votación, ya que creemos que no es positivo fomentar la producción de envases que combinen múltiples materiales, más complejos de reciclar.
En definitiva, desde la industria creemos que, aunque el espíritu de este reglamento sea reducir el uso de envases y embalajes de un solo uso, las medidas acordadas y las exenciones de algunos materiales van a dificultar alcanzar esta meta. En nuestra opinión, las restricciones específicas para los plásticos van a acarrear un aumento de la utilización de envases de un solo uso de otros materiales con el consiguiente incremento de la cantidad de residuos, contaminación y emisiones.
Además, nos parece que la posibilidad de que los Estados miembros adopten medidas más estrictas dentro de sus fronteras va en contra del espíritu de armonización del reglamento a nivel de la UE.
Nuestro sector seguirá trabajando para fomentar el ecodiseño, productos que utilicen menos materiales en su fabricación pero que ofrezcan las mismas funcionalidades, que garanticen la seguridad de los consumidores, que puedan reutilizarse, que se reciclen fácilmente al final de su vida útil y que ofrezcan mejores resultados en los análisis de ciclo de vida, para conseguir pasar de un modelo lineal a uno de economía totalmente circular.
Próximos pasos
La votación en el Parlamento Europeo no significa que el texto haya quedado aprobado definitivamente. Tras la propuesta de la Comisión y el visto bueno de los eurodiputados, ahora hay que esperar a que el Consejo adopte su posición. Después se producirán los trílogos, es decir, el acuerdo de una posición común entre las tres instituciones europeas.
Además, hay que tener en cuenta que en junio de 2024 se celebran elecciones al Parlamento Europeo, lo que supone la paralización de los expedientes a finales del primer cuatrimestre de 2024. Si para entonces no se ha llegado a una posición común, habría que esperar a la próxima legislatura para la aprobación definitiva del reglamento.