Plásticos y eficiencia energética: materiales claves para optimizar el consumo

El ahorro de energía ha sido siempre un tema recurrente, pero más aún desde el estallido de la guerra de Ucrania, que ha provocado el alza de precios y ha puesto en duda el abastecimiento de parte de Europa. Con motivo de la celebración del día mundial de la eficiencia energética el 5 de marzo, aprovechamos para explicar cómo los materiales plásticos ayudan a mejorar la eficiencia energética de los sectores que los utilizan.

Uno de los sectores que utilizan gran cantidad de materiales plásticos es el de la construcción, tanto para la edificación como para la rehabilitación de edificios. Estos materiales están presentes en aislantes, en los suelos, en láminas para impermeabilización, se usan también en perfiles de ventanas, en tuberías para el saneamiento y la distribución de agua o gas y en sistemas de geotermia o district heating, etc. Gracias a ellos se ha conseguido mejorar el rendimiento de los edificios, que es básico para ahorrar consumo energético.

Como afirma la directora de la división de construcción de ANAIP, Mónica de la Cruz, el consumo energético que requiere el parque de viviendas en España para su calentamiento y refrigeración es responsable de aproximadamente el 30% de los gases de efecto invernadero que se emiten a la atmósfera, mientras que los edificios con calificación energética A solo representan el 0,3% en emisiones y el 0,2% en consumo energético. Por eso defiende que es momento de apostar por la rehabilitación de edificios para conseguir que su consumo de energía sea menor.

Pero no solo nos centramos en sus posibilidades funcionales, también suponen grandes facilidades para el diseño de interiores. Por ejemplo, las tuberías plásticas permiten colocar como mejor convenga los sistemas de suelo radiante para aprovechar al máximo el calor según los espacios. En este artículo de EsPlásticos se explican distintas aplicaciones de los plásticos en la construcción de viviendas.

Infografía ahorro energía HorizontalUno de los puntos fuertes de los materiales plásticos en la construcción o rehabilitación de edificios es su larga vida útil: el 60% de los productos hechos de plástico pueden durar hasta 50 años, o incluso más, como es el caso de las tuberías de PVC, que tienen una esperanza de vida útil de más de 100 años. Así ahorramos también en el mantenimiento de todos estos sistemas.

Pero la contribución de los materiales plásticos a la eficiencia energética no se ciñe solo a la construcción. El uso de plásticos en muchas otras aplicaciones las hace más eficientes o, directamente, las hace posibles, ya que sin plásticos muchas tecnologías de las que disfrutamos en nuestro día a día no serían posibles. Un claro ejemplo es el transporte, que gracias al uso de materiales plásticos es mucho más sostenible. La incorporación de piezas de estos materiales en coches, trenes o aviones los hace más ligeros y permite que utilicen menos combustible a lo largo de su vida útil. Por ejemplo, los coches actuales tienen en torno al 15% de elementos plásticos, lo que permite que ahorren hasta 750 litros de combustible en 150.000 kilómetros. Aquí hay más información.

Otra aplicación en la que el uso de plásticos ha permitido dar un gran salto cualitativo es la agricultura. Gracias a estos materiales los agricultores consiguen mejorar la producción y la calidad de sus cosechas, además de hacerlas más sostenibles. Y es que el uso de plásticos agrícolas en invernaderos, túneles, acolchados o sistemas de riego protege los cultivos de cambios bruscos de temperatura y reduce la necesidad de herbicidas y pesticidas. El resultado es una producción de frutas y verduras estable a lo largo de todo el año utilizando recursos tan valiosos como el agua de forma más eficiente. Si quieres más información sobre este tema puedes consultar este artículo de EsPlásticos sobre los beneficios de los plásticos en la agricultura y este otro sobre sus diferentes aplicaciones.  

Y siguiendo con el uso de plásticos en materia de alimentación, los envases plásticos también ayudan a ahorrar energía. No solo porque su fabricación es muy eficiente y necesita menos energía y agua que la de envases de otros materiales, sino porque permiten alargar la vida útil de los alimentos varios días, reduciendo así el desperdicio alimentario; y porque su ligereza hace que estos envases pesen muy poco y se reduzca hasta en un 50% la cantidad de viajes necesarios para transportar los productos envasados en plásticos, ahorrando energía y reduciendo las emisiones de CO2. Si a esto le sumamos los avances del ecodiseño que permiten que los envases utilicen menos materia prima y sean más fáciles de reutilizar y de reciclar, las condiciones son cada vez mejores.

Esta contribución de los plásticos al ahorro de energía es la base de la afirmación que hacemos desde el sector de que los plásticos son aliados para mitigar el cambio climático, un desafío mundial que necesita una estrategia global ambiciosa y basada en la ciencia.

Aquí puedes descargar la infografía de ANAIP sobre plásticos y ahorro energético.

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