Plásticos y agricultura: cómo ayudan estos materiales a minimizar el uso de agua en los cultivos

Estamos viviendo una primavera extraordinariamente seca que está agudizando una sequía que ya se remonta varios meses en España. Los agricultores reclaman políticas hídricas que ayuden a hacer frente a esta situación mientras ven cómo se echan a perder buena parte de los cultivos de esta temporada.

La escasez de lluvias es la peor de las noticias para el campo español, que ha sido tradicionalmente uno de los mayores productores de frutas y verduras de Europa. Y los plásticos han tenido mucho que ver en el proceso de convertir algunas zonas áridas como Murcia y Almería en lugares donde el sector agrario está más desarrollado.

El uso de plásticos en la agricultura y en la ganadería recibe el nombre de plasticultura y es una herramienta muy importante para reducir el impacto de estas actividades en el entorno y optimizar los recursos, sobre todo el agua.

Probablemente uno de los usos más conocidos de los plásticos en la agricultura sean los sistemas de riego por goteo, que vierten el agua de manera focalizada y específica para cada planta, lo que permite ahorrar entre el 30 y el 60 por ciento del consumo. Con este sistema, el agua se suministra directamente a la raíz de la planta, evitando también las pérdidas de agua por la evaporación.

Otros usos de los plásticos que permiten aprovechar al máximo el agua son los filmes para acolchado, es decir, filmes que cubren la zona del terreno donde se va a cultivar. Se les hacen agujeros donde se colocan las plantas y, de esta forma, se evita la proliferación de malas hierbas y se mantiene la humedad del terreno, evitando también la pérdida de agua por efecto de la evaporación.

Los filmes también se utilizan para los invernaderos, quizá otra de las aplicaciones más reconocidas de los plásticos en la agricultura. Los invernaderos hechos de plásticos protegen a los cultivos de los cambios bruscos de temperatura, las lluvias y de la radiación solar, manteniendo en su interior un entorno más favorable para el desarrollo de la plantación.

Los túneles de plástico tienen una función parecida a la de los invernaderos, pero son más pequeños y permiten proteger los cultivos del viento, de las lluvias, del sol, de las heladas e incluso de animales como los pájaros o de insectos, favoreciendo su desarrollo. Además, los túneles permiten adelantar las cosechas, pues se pueden utilizar mantas térmicas para aumentar la temperatura ambiental.

Viendo las grandes posibilidades de ahorro de agua que ofrecen los plásticos agrarios, es importante cerrar el círculo haciendo que estos materiales sean lo más duraderos posible y garantizando su correcta gestión de fin de vida. Una forma de asegurar el correcto tratamiento de los residuos es sumarse a MAPLA, una asociación sin ánimo de lucro creada por los productores de plásticos de uso agrario para organizar un sistema de gestión de los residuos plásticos agrarios no envases en España. Los plásticos recogidos se reciclan y vuelven al mercado en forma de nuevos productos plásticos, ya sean agrarios o no.

Otra opción es utilizar plásticos biodegradables compostables que cumplan con la norma UNE EN 17033, que certifica que el film es biodegradable en el suelo. Las ventajas de estos plásticos en estas aplicaciones sobrepasan el hecho de que se puedan biodegradar al final de su vida útil, también facilitan o minimizan los procesos de recogida, separación y tratamiento de los residuos.