04/06/2024

Envases plásticos: por qué son tan necesarios para garantizar la seguridad alimentaria

Los envases plásticos están en el punto de mira. Tanto en el de los consumidores, que se preguntan cada vez más si es necesario comprar alimentos envasados y cuál es la gestión de los residuos al final de su vida útil; como de las autoridades, que someten a estos materiales a gran cantidad de regulación. Desde ANAIP y desde el sector de plásticos llevamos mucho tiempo remarcando que los envases plásticos son los más seguros para el contacto con alimentos (y muchas veces, la única alternativa posible) y queremos aprovechar la celebración del Día Mundial de la Seguridad Alimentaria el 7 de junio para explicar por qué.

Desde la industria de los plásticos trabajamos por el ecodiseño y la reciclabilidad de los envases para generar el menor residuo posible y que estos residuos sean reutilizables o fácilmente reciclables.

Las propiedades que tienen los plásticos hacen que estos materiales sean la mejor opción para envasar alimentos y en muchos casos, la única alternativa posible y segura gracias a su impermeabilidad. De hecho, muchas de las alternativas que están proliferando son al final envases que combinan otros materiales con capas de plástico para el contacto directo con el alimento, haciendo más complejo y a veces imposible su reciclado. Esto no lo decimos solo nosotros. De hecho, en el reciente estudio Replacing Plastics with Alternatives is Worse for Greenhouse Gas Emissiones in Most Cases se hace hincapié en que la sustitución de los plásticos por otros materiales se hace muchas veces sin basarse en análisis de ciclo de vida y el resultado final es menos sostenible que el punto de partida.

¿Por qué los envases plásticos son los más seguros para conservar los alimentos?

Como hemos mencionado, en muchos casos hoy en día son la única alternativa. Pero, además, los plásticos son los materiales que se someten a más regulación, tanto a nivel nacional como europeo. De hecho, son los únicos materiales que cuentan con un marco regulatorio específico para el contacto con alimentos.

Por una parte, en la Unión Europea existe el REACH (abreviatura de registro, evaluación, autorización y restricción de las sustancias y mezclas químicas) un reglamento que busca mejorar la protección de la salud humana y el medioambiente contra los riesgos que pueden presentar los productos químicos. Este reglamento se aplica a todas las sustancias químicas que se utilizan en los procesos industriales, pero también en la que utilizan los ciudadanos en el día a día: productos de limpieza, pinturas, ropa, muebles, dispositivos eléctricos o envases.

Por otra parte, tanto los parlamentos nacionales como el parlamento europeo están legislando en profundidad sobre los envases, especialmente los que se fabrican con plásticos. Prueba de ello es el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases en España o el Reglamento Europeo de Envases y Residuos de Envases. Pero ojo, estas normas tienen como objetivo reducir la cantidad de residuos procedentes de envases, y entre sus medidas está la apuesta por la reutilización y la eliminación del monouso, lo que va a dificultar la trazabilidad y puede aumentar el riesgo. No obstante, si hay un material preparado para la reutilización ese, es el plástico.

¿Y cuáles son las propiedades de los plásticos que los hacen óptimos para envasar alimentos? La primera ya la hemos explicado: la cantidad de normativa que deben cumplir para garantizar su seguridad. Pero hay otras, por ejemplo, algo tan sencillo como que pueden ser transparentes y permiten ver el interior. Además de incluir todo el etiquetado que proporciona información clave como la trazabilidad y la composición de la comida, a través de un envase de plástico transparente podemos comprobar a simple vista el estado de los alimentos que contienen.

Por otra parte, los alimentos envasados en plásticos se mantienen en buenas condiciones para el consumo durante más tiempo. Estos materiales pueden alargar la conservación de un filete hasta 10 días más preservando sus cualidades y ayudando a reducir el desperdicio alimentario. Y no solo son la mejor alternativa para productos perecederos, sino también para otros que duran más tiempo almacenados como las legumbres o el arroz, ya que los protegen frente a plagas como el gorgojo del arroz.

Además, estos envases se adecúan a las necesidades de los consumidores. Aunque hay que evitar el sobreenvasado, hay casos en que los envases que para unos consumidores resultan inútiles, para otros son de gran valor, como poder acceder a fruta ya cortada y lista para tomar para aquellas personas con dificultades motrices.

En esta infografía recogemos todos los motivos que hacen de los plásticos la opción más segura para envasar alimentos.

Pero la garantía de la seguridad alimentaria no es el único motivo que hace de los envases plásticos la mejor opción. También ayudan a ahorrar energía porque su fabricación es muy eficiente (necesitan menos energía y menos agua en su fabricación que los envases de otros materiales) y porque al ser más ligeros que sus alternativas, ahorran combustible en su transporte, reduciendo por tanto las emisiones de CO2.

Como comentábamos al inicio de este post, los envases plásticos están en el punto de mira de un importante sector de la sociedad, pero desde la industria creemos que este recelo hacia ellos se debe en parte al desconocimiento de sus propiedades y beneficios. Y estamos a favor de reducir la cantidad de materiales para fabricarlos e incluso de que se sustituyan por otros materiales siempre y cuando se demuestre científicamente que esas alternativas son de verdad más sostenibles.

 

Compartir