28/09/2022
Así ayudan los envases plásticos a evitar el desperdicio de alimentos
Cuando un alimento acaba en el cubo de la basura porque no se ha vendido o porque no lo hemos consumido a tiempo, no solo estamos desperdiciando ese alimento, sino todos los recursos que se utilizaron para su producción, logística y transporte: agua, energía, combustible, emisiones, mano de obra… Evitar al máximo el desperdicio de comida ha sido siempre importante, pero lo es más todavía en el contexto actual, en el que el aumento de la inflación ha hecho que su precio en España haya sufrido un incremento interanual del 13,8% (según el dato del IPC de agosto).
Actualmente, según datos de la ONU, se desperdicia el 17% de los alimentos disponibles a nivel de los consumidores. Para poner el foco en esta problemática, el día 29 de septiembre se celebra el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, un llamamiento a la acción del sector público, el privado y la ciudadanía para redoblar los esfuerzos para reducir el desperdicio y garantizar la seguridad alimentaria.
Esta meta está recogida también en los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, el segundo ODS es precisamente hambre cero. Desde ANAIP nos sumamos a este día internacional y apoyamos las acciones enfocadas a concienciar sobre el consumo responsable de alimentos, a evitar el desperdicio y a promover sistemas alimentarios sostenibles.
Los envases plásticos son una importante ayuda para lograr este objetivo porque protegen los alimentos, facilitan en proceso de logística, transporte y almacenamiento y alargan su vida útil. Este tipo de envases son totalmente seguros para los consumidores. Son los más regulados y se someten a controles y verificaciones nacionales e internacionales. Esos controles también garantizan que los alimentos que contienen se conserven de forma segura, evitando la proliferación de plagas y gérmenes durante el almacenamiento, como las plagas en grano entero como el arroz.
Otro de los grandes beneficios de estos envases es que alargan la vida útil de los productos. Un envase plástico puede alargar la conservación de un filete de carne hasta 10 días más, con lo que disminuye la posibilidad de que termine en el cubo de basura. Así no solo evitamos desperdiciar el filete, sino los recursos que se han utilizado para producirlo, que son muchos (según datos de la FAO son casi 15.000 litros de agua para un kilo de carne de bovino).
Además, si hablamos de eficiencia, es importante recordar que los envases plásticos son de media cuatro veces más ligeros que los fabricados con otros materiales, lo que permite envasar la misma cantidad de alimentos o bebida con menos cantidad de material. Esta ligereza reduce las emisiones derivadas del transporte, ya que hacen falta menos viajes y, por tanto, menos consumo de combustible. En esta infografía con el lema #DiseñadosParaProteger hay más información sobre los beneficios que aportan los envases plásticos.
Estos beneficios no solo permiten que los alimentos lleguen a nuestras casas y se conserven en perfecto estado hasta que los consumamos, sino que también hacen posible llevar comida y agua a lugares donde tienen muy difícil acceso. En este artículo del Grupo GCR en El Blog de los Plásticos explican cómo en países como Nigeria, Costa de Marfil, Burkina Faso o Ghana el agua se compra en bolsas de plástico porque es la solución más segura y económica para facilitar el acceso a este bien básico a millones de familias.
Alimentar a los 7.700 millones de habitantes del planeta es todo un reto y evitar el desperdicio de comida es fundamental para conseguirlo. Cuidar del medio ambiente y generar la menor cantidad de residuos también es básico en un escenario de crisis climática. Por eso desde el sector de los plásticos reivindicamos el envasado de los productos siempre que sea necesario y utilizando los materiales más adecuados en cada caso. Porque no se trata de generar un enfrentamiento entre materiales, sino de trabajar en común para conseguir el equilibrio entre la protección de los alimentos y la posibilidad de alargar su vida útil y la preservación de nuestro entorno.
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