16/10/2020
Cultivar, nutrir, preservar: el Día Mundial de la Alimentación pone el foco en ayudar a las poblaciones más vulnerables
El 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación que, bajo el lema Cultivar, nutrir, preservar. Juntos. Nuestras acciones son nuestro futuro, este 2020 hace un llamamiento a la solidaridad internacional para ayudar a todas las poblaciones, especialmente a las más vulnerables, a que se recuperen de la pandemia y para hacer que los sistemas alimentarios sean más resilientes y robustos para que puedan resistir situaciones como la que vivimos actualmente y ofrecer dietas saludables, asequibles y sostenibles para todos, así como medios de vida dignos para sus trabajadores.
Si algo nos ha enseñado esta pandemia, además de la necesidad de contar con un sistema sanitario fuerte, es la esencialidad de la actividad agrícola y ganadera, así como la distribución y venta de productos alimenticios y de primera necesidad, sectores que han mantenido su actividad pese a las dificultades y que han garantizado el bienestar de la población durante el confinamiento.
De hecho, este Día Mundial de la Alimentación está especialmente dedicado a los trabajadores de este sector, que desde la FAO llaman #HéroesDeLaAlimentación: que producen, plantan, cosechan, pescan o transportan nuestros alimentos y que, independientemente de las circunstancias, continúan suministrando alimentos dentro y fuera de sus comunidades.
Aprovechar los recursos y evitar el desperdicio son dos de las bases de la sostenibilidad y una batalla especialmente importante en el ámbito alimentario, en el que es fundamental optimizar las cosechas por un lado y reducir la cantidad de productos que acaban en la basura, por otro.
Para conseguir el primer objetivo, la industria de los plásticos pone su granito de arena gracias a la plasticultura, es decir, el desarrollo de plásticos para la producción hortofrutícula, vegetal y animal, que ha supuesto una revolución en el mundo agrario por sus posibilidades para optimizar los cultivos o protegerlos, mejorando la productividad agraria de forma rentable. El uso de los plásticos en los cultivos no solo aumenta la renta per cápita, sino que favorece la permanencia de la población en las zonas rurales y mejora sus condiciones de vida.
En lo que se refiere a evitar el desperdicio de alimentos a lo largo de toda la cadena –desde la producción hasta los hogares–, la industria de los plásticos también ayuda. Según un estudio del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación las empresas españolas están cada vez más concienciadas del impacto del desperdicio de alimentos en términos económicos, sociales y medioambientales. Así, cercad del 71 por ciento dispone de una estrategia definida para luchar contra este desperdicio, el 61 por ciento promueve buenas prácticas destinadas a la prevención o reducción en origen y el 51 por ciento promueve acciones para reducirlo.
Envases plásticos y desperdicio alimentario
En los hogares españoles el desperdicio de alimentos aumentó un uno por ciento en 2019 respecto a 2018, pero cayó durante el confinamiento ocasionado por la crisis sanitaria: desde el 16 de marzo al 21 de junio se redujo el desperdicio de alimentos hasta un 14 por ciento en comparación con las mismas fechas del 2019, según datos del Ministerio de Agricultura.
No planificar bien las compras o adquirir grandes cantidades de alimentos son algunas de las causas del desperdicio en los hogares. Los envases plásticos ayudan a que los alimentos se conserven frescos durante más tiempo. De hecho, la fecha de caducidad de la carne de ternera se puede retrasar hasta 10 días si se utilizan las soluciones de envasado en plástico más avanzadas. Además, el ecodiseño y la innovación permiten desarrollar envases cada vez más eficientes, ligeros y más reciclables que facilitan el transporte y el almacenaje y reducen su huella ambiental.
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